Cuando los Tampa Bay Buccaneers eligieron en el puesto 19 absoluto del pasado draft de la NFL al receptor de Ohio State, Emeka Egbuka, se vio como una selección más de lujo que de necesidad. No en vano, en plantilla estaban veteranos de alto rendimiento como Mike Evans y Chris Godwin, además del prometedor receptor de segundo año, Jalen McMillan. Sin embargo, tras apenas cinco partidos en su carrera profesional, parece más que evidente que Egbuka es un jugador especial. Ha anotado cinco touchdowns, segunda mejor marca de la liga, acumulado 445 yardas de recepción (cuarta posición en la NFL) y creado jugadas decisivas en los minutos importantes que han ayudado al equipo a tener un arranque de cuatro victorias por una sola derrota. Egbuka es muy joven, cumplirá 23 años el próximo martes, sin embargo, juega como un veterano. Si su progresión continúa probablemente estemos contemplando el inicio de la trayectoria de la próxima súper estrella de la NFL.
A la conclusión del duelo del pasado domingo en Seattle, le preguntaron a Baker Mayfield en rueda de prensa si alguna vez había visto un receptor rookie llegar a la liga con un juego tan pulido. Su respuesta fue contundente: "no, nunca, es único". A continuación, añadió que "es un jugador con los pies en el suelo, no solo en el football sino en la vida en general, muy genuino en todo lo que hace, y eso es algo que no ves habitualmente, especialmente en un novato y con el talento que él posee".
En efecto, Egbuka es un jugador de mucho talento. Llegó a la prestigiosa universidad de Ohio State, cuna de varios de los mejores wide receivers de la actualidad en la NFL, como un recluta de cinco estrellas. Con los Buckeyes ganó el campeonato nacional y estableció el récord del programa en capturas y yardas de recepción. Los Buccaneers hicieron una apuesta en el draft por él y con una gran pretemporada se ganó un sitio en la alineación titular.
En tan solo cinco encuentros ya hemos visto una evolución clara en el juego de Egbuka, que ha pasado de ser un complemento a la pieza clave en el juego aéreo de Tampa Bay. Su entendimiento con el quarterback Baker Mayfield está siendo extraordinario y el coordinador ofensivo, Josh Grizzard, no está cortándose a la hora de ampliar su rol en el ataque. Por posicionamiento en el campo ya vemos que Egbuka no se está limitando a algo concreto como suele pasar con los novatos. De sus 290 snaps, en un total de 191 (65.9%) se ha alineado abierto y en 99 lo ha hecho en el slot. Igualmente, su número de jugadas se reparte casi al 50% en cuanto a iniciar desde el lado izquierdo o el derecho. Esto deja pocas pistas al oponente sobre cuál será el punto de arranque de Egbuka en cada snap, dificultando también la opción de hacer que un cornerback viaje con él, una táctica que si sigue con tal desempeño acabaremos viendo en su contra.
En el proceso pre draft estudié al chico y fue obvio descubrir sus habilidades como buen corredor de rutas, manos seguras, yardas tras la recepción y facilidad para atrapar balones fuera de su radio directo de captura. Esto último lo vimos en el partido contra New York Jets, en el que atrapó un pase algo largo de Mayfield dentro de los dos minutos finales con una naturalidad fuera de lo común. Mis dudas venían sobre si podría jugar en el exterior y su producción contra coberturas press. Es cierto que en el encuentro ante Eagles sufrió mucho contra esas defensas presionantes, especialmente al alinearse frente a Quinyon Mitchell, pero es un aspecto que está trabajando y mejorando. Mirad esta recepción a una mano contra Sauce Gardner, sencillamente espectacular.
Os hablaba antes del entendimiento tan bueno y tan rápido que ha alcanzado con su quarterback y quería enseñaros una jugada del duelo del pasado domingo en Seattle que ejemplifica esto a la perfección. Estamos en el segundo cuarto, en primera y diez, con los Bucs 6-0 arriba. Tampa Bay va a jugar play-action en el backfield, con un combo de rutas en el lado derecho (parte superior de la imagen) del ataque específicamente diseñado para aislar a Egbuka. El receptor en movimiento (en amarillo) antes del snap va a correr una ruta profunda, con el objetivo principal de arrastrar al defensor de su zona y dejar a nuestro protagonista (en rojo) con espacio en su ruta de "out-&-up". La defensa de Seahawks hace la acción más interesante de analizar, pues tenemos una fire zone con cinco hombres al rush y una cobertura zonal de tres y tres en zona profunda y zona media respectivamente. Para añadir más pimienta a la receta, hay rotación de safeties, pasando la defensa de un look de dos safeties profundos a simplemente uno.

Con la acción en marcha vemos cómo la ruta profunda atrae la atención de la defensa (en azul) y permite que Egbuka tenga espacio para trazar su recorrido. Sin embargo, tanto el safety como el cornerback de ese lado van a leer rápidamente las intenciones del quarterback y van a converger en el receptor. La ventana que se ha abierto no es muy grande y, de hecho, está próxima a cerrarse.

Aquí es donde entra en juego la buena química y la capacidad de improvisación de Mayfield y Egbuka. Observad cómo Mayfield va a realizar el lanzamiento, pero no lidera a su compañero para que atrape la pelota y gane yardas tras la recepción. Al contrario, casi le obliga a pararse para evitar que el defensor pueda llegar a tiempo de interrumpir el pase. Es una jugada de mucho talento por parte de ambos. Egbuka se lleva igualmente un fuerte golpe tras la recepción, pero aguanta sin problemas la pelota.
Al final del partido terminó con siete recepciones en siete objetivos, para 163 yardas y un touchdown, su actuación más productiva hasta el momento en la NFL. Nadie está generando su productividad en la zona profunda del campo (20+ yardas tras la línea de scrimmage), donde ya acumula 8 recepciones (de 13 intentos) para 291 yardas y cuatro touchdowns, registros que en los últimos diez años (entre novatos) solo alcanzó Ja´Marr Chase.
Esta facilidad para conectar en la parte profunda de la defensa ya se evidenció en la semana uno de competición en Atlanta. Aquel día Egbuka anotó por partida doble en acciones de 30 y 25 yardas. Quería enseñaros también cómo llegó el segundo de esos touchdowns, que además resultó ser la jugada ganadora a un minuto de la conclusión de aquel enfrentamiento. Otra vez tenemos a los Buccaneers en primera y diez, una situación que aprovechan para ser agresivos y coger a la defensa menos precavida en su parte más delicada. En este caso tenemos al rookie (en rojo) como parte de un trio de receptores en el lado derecho de la formación. Él es quien está más abierto y va a correr una ruta post. Sus compañeros (en amarillo y verde) juegan rutas al segundo y primer nivel de la defensa respectivamente. Es una combinación habitual de rutas que busca estirar la defensa en las tres zonas del campo.

En esta ocasión Tampa Bay va a aprovechar la atención que genera su histórico receptor Mike Evans. Su ruta va a captar poderosamente el interés del único safety profundo (en azul), lo que va a generar un espacio tremendo a su espalda para que Mayfield tenga disponible el pase más agresivo en una situación en la que la defensa está esperando otra cosa.

El resto lo hace Egbuka con un corte seco que deja al cornerback atrás y una gran aceleración. Luego estira sus brazos de manera natural, como explicamos antes, para atrapar un lanzamiento que no es tan sencillo como él lo hace parecer.
En la era Super Bowl, desde 1966, solo dos jugadores habían registrado al menos 425 yardas y cinco touchdowns de recepción en sus primeros cinco partidos como profesional: Randy Moss en 1998 y Ja´Marr Chase en 2021. Ambos fueron elegidos rookies ofensivos del año aquella temporada. Ahora se les ha unido Emeka Egbuka, quien está siendo todo lo que esperaban los Buccaneers y mucho más. Con una estatura y peso casi idénticos a los de Justin Jefferson, me recuerda mucho al wide receiver de Minnesota Vikings, quien también fue básicamente un receptor de slot en college (al lado de Chase), pero que en la NFL expandió su juego de forma brillante. No sé si Egbuka alcanzará tal grado de producción continuada, pero lo cierto es que por el momento nos está dando todos los indicadores de que se va a convertir en la próxima súper estrella de la NFL.