La temporada pasada Davante Adams llegó a los Jets, Amari Cooper a los Bills y Marshon Lattimore a Commanders. Si bien no son los nombres más espectaculares no dejan de ser jugadores de renombre y con calidad suficiente para mover la aguja.
Es la última oportunidad para reforzarse que tendrán aquellos equipos que creen tendrán lo necesario para pelear por el Super Bowl LX.
Cada vez son más las ocasiones en que vemos un jugador con potencial de estrella pidiendo ser traspasado antes de que termine su contrato de novato (Micah Parsons). Olave llegó a los Saints en 2022 y nunca ha podido demostrar sus talentos en postemporada. Nueva Orleans está en franco proceso de reconstrucción y no parece que vaya a ser algo rápido, podría tomar al menos tres años para volverlos a ver compitiendo por ser protagonista, para entonces Olave tendría 29 años, sus últimas temporadas a nivel prime. Saints necesita capital para reestructurar y si bien Olave es un gran WR no es un talento generacional, además de lesionarse demasiado. Los dos podrían beneficiarse de un inicio desde cero.
Las larguísimas negociaciones de offseason no llegaron a buen puerto y el acuerdo actual de Hendrickson con Cincinnati es solo válido por un año. La calidad de sus actuaciones no deja de ser de alto nivel a pesar de solo sumar cuatro sacks en siete partidos. Sigue haciendo una diferencia brutal cuando está en la frontal defensiva.
La lesión de Joe Burrow no estaba en el presupuesto, la victoria de Joe Flacco ante Steelers generó algo de optimismo, pero se desvaneció rápido con la derrota ante Jets. Si este domingo ante Bears vuelven a sufrir una derrota, la directiva de Bengals podría plantearse el traspasar a Hendrickson a cambio de capital para el Draft del próximo año en vez de tenerlo en el plantel el resto de la temporada sabiendo que sus posibilidades de playoffs serían casi nulas.
La gran diferencia entre Trey Hendrickson y Logan Wilson es que este segundo ha perdido su lugar como linebacker titular en Cincinnati. Se ha visto envuelto en la revolución de rejuvenecer al plantel que ha iniciado en la jungla y no es considerado un imprescindible como antes. Y como nota, ha solicitado ser traspasado antes de la fecha límite de cambios.
El equipo que se interese en él debería asumir un contrato de dos temporadas a cambio de 14 millones de dólares que fácilmente se puede reestructurar. Pensar en equipos que necesitan ayuda en esa posición y que están peleando por postemporada es muy fácil: 49ers con la lesión de Fred Warner, Buccaneers, o incluso reunirlo en Indianapolis con su antiguo Coordinador Defensivo (Lou Anarumo). Opciones hay, él quiere salir y Bengals podría recuperar capital.
Esta posibilidad parece solo tener dos opciones: o Vikings o nada.
Después de no ver la posibilidad de retomar su antiguo rol en los Falcons de Atlanta, Kirk ha solicitado ser traspasado y no es descabellado que lo haya hecho con la misión de regresar a Minnesota donde vivió sus mejores años.
Además, el contexto de Vikings favorece la operación: JJ McCarthy es una incógnita; no tenemos certeza si su lesión es más grave de lo que ha mencionado el equipo o sencillamente no confían en él todavía para soltarle las riendas de la titularidad. La pérdida de Carson Wentz para el resto de la temporada tiene a Minnesota contra la pared porque Kevin O’Connell y compañía realmente creen tener todo para ser protagonistas en playoffs. Kirk Cousins ha brillado en ese esquema, conoce el vestidor y a los compañeros. Es cuestión de que O’Connell se decida y que en finanzas encuentren una solución para hacer este movimiento.
Personalmente siempre ha sido uno de mis pass rushers favoritos desde que llegó a la NFL en 2021, ha tenido temas de disponibilidad física, pero nada fuera de lo normal. Está en el quinto año de su contrato de novato, Dolphins invirtió fuertemente en esa posición con Bradley Chubb esta offseason por lo que el dinero destinado para los pass rushers parece ya haber sido ocupado.
Es este tipo de jugadores infravalorados porque el esquema no le permite explotar al máximo sus habilidades, si llegara a un equipo con un estratega agresivo tipo Robert Saleh o Brian Flores podría ser una ganga.
Meyers lleva casi siete meses siendo un nombre unido a los rumores de traspasos, mucho tiene que ver que haya solicitado públicamente cambiar de equipo, pero la transacción no se pudo realizar antes del inicio de temporada.
Su producción en los primeros tres juegos fue demasiado buena, sin embargo, conforme ha ido avanzando la temporada ha ido decreciendo, al nivel de no haber rebasado las 40 yardas por recepción en sus últimos tres partidos. No hay química con el quarterback, no se ve cómodo en el esquema de Chip Kelly y considerando su edad (28 años) es de los pocos receptores decentes que podrían hacer un impacto en otro equipo.
Entregar 92 millones de dólares a un receptor de 30 años nunca es una buena opción y Ridley es la enésima prueba. Pero la buena noticia para Titans es que el contrato parece lo suficientemente flexible para que Tennessee pueda buscar una contraparte que se interese lo suficiente en un receptor que no ha sido top en las últimas dos temporadas pero que no ha dejado de ser productivo con más de mil yardas tanto en 2023 como en 2024. De nuevo, una oportunidad solo para contendientes al Super Bowl este año.
Giants ha hecho muy evidente que el futuro de la posición de quarterback es de Jaxson Dart. A Jameis Winston siempre se le vio como un suplente para situaciones de emergencias y para hacer vestidor. Russ era el encargado de sostener al equipo hasta que Dart estuviera listo y ese momento llegó antes de lo planeado. En Nueva York se sienten muy cómodos con Winston como segundo quarterback; por ende, si algún equipo quisiera elevar el nivel de su QB suplente, Russ sería alguien a monitorear de cerca. De cualquier manera, salvo una lesión de Dart, parece que hemos visto lo último de Wilson en Nueva York.
Es extremadamente raro que Jets no esté pensando en renovar a su corredor titular. El Green Gang parece tener casi todas las piezas para hacer un asalto interesante en la AFC, salvo la posición de quarterback. Pero esperando que lo puedan resolver la próxima temporada, la lógica indica que buscarían darle continuidad a un plantel que tiene talento y en el que Breece realmente ha demostrado que no desentona.
Dicho todo eso, su contrato de novato termina a final de temporada, no hay opción de quinto año. Los corredores no tienen una vida útil tan larga y podría ser una opción para ganar picks.
Aquella última jugada contra Bills vivirá por siempre en la memoria de la afición de Ravens, pero la realidad es que mucho antes de ese momento icónico la producción e importancia de Andrews en la ofensiva de Baltimore venía en picada. En las dos temporadas anteriores no ha podido llegar siquiera a las 700 yardas por recepción.
No es ya un jugador dominante ni un difference maker, pero puede ser un contribuyente a otro tipo de ofensiva con mayor tendencia aérea y donde él no tenga que llevar la responsabilidad de ser una de las dos opciones principales.





