Los NY Jets tuvieron muchos problemas la temporada pasada y para algunos, Aaron Rodgers fue uno de ellos. En una ofensiva completamente desestructurada, el veterano de 41 años (que cumpliría 42 hacia el cierre de la temporada 25-26) no terminó de construir una conexión con sus receptores, especialmente con Garrett Wilson, quien venía de ser elegido novato ofensivo del año. La conexión principal fue con Davante Adams, ahora en los Rams, y sus números de la campaña fueron 3,897 yardas, 28 touchdowns y 11 intercepciones. La recuperación tras la lesión en el tendón de Aquiles le quitó movilidad a un QB que la tenía como una de sus principales fortalezas. Al final de la temporada no tenía claro si continuaría en la NFL y empezaron a escucharse rumores en diferentes franquicias que eventualmente fueron decantándose por otros QBs. Todas menos una, los Pittsburgh Steelers, que parecían estar a la espera de la decisión de A-Rod, quien ya había tenido charlas con Mike Tomlin o incluso sesiones de práctica con el nuevo WR1 y hasta ahora principal arma ofensiva con la que contará Rodgers, el exSeahawk DK Metcalf.
La espera parece haber terminado y Aaron estaría firmando hoy un contrato de un año, previo al minicamp. Las señales y la paciencia estuvieron del lado de Pittsburgh que no se movió de manera agresiva en el NFL Draft, apenas eligiendo a Will Howard (pick 185, día 3) para tener un bullpen compuesto también por Mason Rudolph y Skylar Thompson. Con estos nombres también hace sentido la decisión de esperar por el MVP del Super Bowl XLV en el que venció precisamente a Tomlin y los Steelers. Después de los exámenes físicos quedará por ver si la dinámica que construye con su head coach es mucho mejor que la relación que tenía con Robert Saleh y cómo se entiende con el resto de armas ofensivas en un cuerpo de WR que no es precisamente robusto, con Roman Wilson, Calvin Austin y Robert Woods compitiendo por ser el WR2 y con la opción del TE Pat Freiermuth como un interesante escudero para A-Rod.

No será el único enfrentamiento familiar para Aaron Rodgers ya que también se medirán con los Green Bay Packers el 26 de octubre, en SNF. Y tampoco es el único ajuste de cuentas en una semana 1 que tiene muchos duelos interesantes, empezando por Justin Fields en este mismo partido, ahora como QB de los NY Jets en lo que fue casi un intercambio de jerseys. La semana 1 arranca con los campeones Eagles enfrentando a los Dallas Cowboys que ahora contarán con el WR George Pickens, recién salido de Pittsburgh. Volveremos a tener juego internacional el viernes, desde Sao Paulo, con un duelo de la AFC Oeste entre los Chiefs y los Chargers, con ganas de ver la versión de segundo año de Harbaugh. El domingo por la mañana tendremos un duelo de equipos con muchas caras nuevas y actividad en offseason, entre los New England Patriots y los Las Vegas Raiders de Tom Brady (sí, por raro que parezca). Por la tarde inicia la lucha por los playoffs en la NFC de forma muy temprana cuando Packers y Lions se vean las caras, dos equipos que estarán en postemporada a menos que suceda algo muy extraño.
Los SNF también arrancan con fuerza con un duelo entre los Bills y los Ravens, que se acordarán del juego divisional en el que se quedaron muy cerca de enfrentar a los Chiefs en la Final de Conferencia. Finalmente, el primer MNF de la temporada verá el inicio de la era Ben Johnson en Chicago, con una offseason en la que reafirmaron la confianza (y las armas) en el proyecto de Caleb Williams, y el inicio de la era JJ McCarthy tras su recuperación de una lesión de rodilla. Anotemos el jueves 4 de septiembre en el calendario que la NFL arranca con el acelerador a fondo y sin ganas de bajar la velocidad hasta febrero, en San Francisco, California.